El Sentido de Estudiar Teología
“Hermano, no se ponga estudioso…recuerde que la letra mata”. Así muchos suelen criticar y oponerse al estudio de la teología. Ha ocurrido a lo largo de la historia y hoy lo sigue siendo. Algunos, naturalmente, lo hacen desde el prejuicio y desde el supuesto de que la teología le hace mal al cristiano. Por lo general esas personas no saben demasiado de lo que la teología significa y trata. Nunca han estado en una clase de teología, nunca han tomado un libro, nunca se han propuesto indagar ni siquiera en el significado etimológico del concepto “teología” y, sin embargo, así sin más, dudan de ella y hasta sospechan de su espiritualidad. En suma, ven la teología como una disciplina insípida que ninguna relación tiene con la fe. Pero también hay otras personas que suelen presentar argumentos más atendibles cuando se trata de criticar la teología. Son quienes la critican a partir de alguna experiencia personal negativa que tuvieron. En algún momento de sus vidas “tropezaron” con personas vinculadas a la teología, personas que han dado pésimos ejemplos. Pueden ser estudiantes de teología y, por qué no, profesores. Gente vinculada a la teología, con vidas que no se han mostrado muy ejemplares en cuestiones valóricas, de carácter, o simplemente han sido poco consecuentes con la fe que dicen estudiar. Encontrarse con personas así, de seguro prejuiciarían a cualquiera. Con razón hay quienes critican la teología.
Por lo mismo que hemos dicho antes, debemos pensar muy seriamente en el verdadero valor y sentido que tenemos que dar a la teología para así no menoscabar una disciplina sagrada y humana tan valiosa. Y es que todo ejercicio teológico, todo el estudio de la teología en sí, sea académico o práctico, no puede ser una acción fría y deshumanizada, sino que al contrario debe estar movida por un sentido superior que haga trascender y convertir en mejor persona a quien se acerque a ella. Nos resistimos entonces a pensar en una teología puramente escolar, intelectual, insensible y lejana a la sociedad y al pueblo de Dios que es la iglesia. Antes bien, abogamos por una teología marcada por lo espiritual y capaz de discernir el verdadero sentido de la fe para los creyentes de hoy. La teología, entonces, debe considerar lo esencialmente espiritual como tarea fundamental en su misión.
En definitiva, se debiera exigir de alguien dedicado a la teología, una vocación al estudio teológico inteligente y a la vez comprometido con una profunda espiritualidad cristiana. Lo esperable sería estudiar con sentido y no por simple inquietud intelectual. Si hiciéramos esto último nada más, podríamos hacer caer a más de algún hermano en el error de juzgar la teología como una fría enemiga de la fe. Quienes nos dedicamos al estudio de la fe desde la teología, no podemos dar tan mal ejemplo. Tiene que haber entonces un motivo superior a la de un simple ejercicio académico o una mera inquietud intelectual por conocer verdades, datos bíblicos y dogmas históricos. ¿Por qué no buscar mejor un sentido superior; una motivación elevada y espiritual que no sólo nos entregue conocimientos sino que además nos permita vivir esa fe que decimos estudiar?
La tarea de la teología y de todos quienes se vinculan a ella consistirá en encontrar la armonía entre fe y razón. Pero qué tienen en común estas dos cosas ¿qué tiene que ver Jerusalén con Atenas? Pues mucho tienen que ver. En primer lugar, ambas son un don de Dios. Seguidamente son medios, herramientas a nuestro alcance y que nos permiten precisamente acercarnos a Dios y conocer de sus profundos misterios. La disciplina y trabajo teológico requerirá entonces de mujeres y hombres que hagan su mayor esfuerzo por ser responsables en su trabajo investigativo, poniendo todo empeño en ser metódicos, sistemáticos, empeñados en la búsqueda e intelección de la verdad. Recogiendo datos, dialogando con todas las ciencias a su disposición e inquiriendo en las necesidades de la sociedad actual. Pero al mismo tiempo han de buscar a Dios y procurar la escucha de su voz mediante la iluminación del Espíritu. Deberán preguntarse siempre acerca de cuál sea la voluntad de Dios para los hombres y lo que él quiera decirles. Tendrán que ser humildes, pacientes, contemplativos y sensibles para con Dios y los seres humanos. Se dedicarán a vivir personalmente las verdades de fe, para luego compartirlas con los demás. Deberán discernir el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia, en todos los hombres; sin rechazar, discriminar, ni tener por poco al prójimo. Han de buscar ser empáticos, ponerse en el lugar del pobre y del necesitado, procurando siempre ver a Cristo en todos. Solamente así la tarea de la teología tendrá sentido para la vida de la Iglesia, como también para el mundo que quiere escuchar y entender la razón de nuestra fe.
Admisión 2017
Estimado postulante:
Usted ingresará al Programa de Bachiller en Teología (cuatro años de duración), con posibilidad de salida intermedia a Diplomado en Estudios Teológicos (dos años de duración). Puede optar por recibir solamente el Diplomado en Estudios Teológicos (primer y segundo años de estudios), para luego continuar hasta recibir el primer grado académico de Bachiller en Teología (tercer y cuarto años de estudios).
Requisitos de ingreso:
1. Mayor de 18 años
2. Educación Media (Recibe Diplomado en Estudios Teológicos y/o Bachiller en Teología).
3. Situación especial sin Educación Media (Recibe Certificado en Estudios Teológicos).
4. Pertenecer a una iglesia cristiana.
5. Dedicación al estudio y exigencias propias de la tarea académica.
6. Vida, conducta y disciplina personal compatible con el carácter cristiano.
Etapa de inscripción y matrícula:
1. Completar Solicitud de Ingreso (pídala al correo diplomadoiet@gmail.com).
2. Envíe de vuelta la Solicitud completa para ingresar sus datos al registro de matrículas.
3. Una vez que haya sido ingresado a nuestro registro concurra personalmente a hacer efectiva su matrícula en fechas y horarios que el instituto le comunicará por correo electrónico. En esa oportunidad debe completar su ficha personal de Inscripción y Matrícula.
Plazo de inscripción:
El proceso de Inscripción y Matrícula se extiende hasta marzo.
Asegure su matrícula con anticipación pues las vacantes son limitadas.
Inicio de clases 2017:
Para alumnos de Diplomado, 1º y 2º año: Lunes 13 de marzo. 19:00 horas.
Para alumnos de Bachiller, 3º y 4º año: Martes 14 de marzo. 19:00 horas.